BOCA / EL CHILENO TRABAJA EN SILENCIO
¿Quién es Gary? El jugador al que Basile ve como ídolo de Boca no habla con la prensa. Introvertido, la madurez y la fama le llegaron de golpe. Olé te invita a conocerlo...
HORACIO GARCIA | hgarcia@ole.com.ar
Gary Medel llegó a Boca con muy buenos antecedentes deportivos. Le costó acomodarse a la posición de volante por derecha, no bajó la guardia y cerró el año rindiendo. Siempre serio y parco, en la intimidad supo ganarse el respeto y el afecto de sus compañeros. En la cancha mete duro y jamás saca la pierna. En Chile, más allá de algunos incidentes extrafutbolísticos, es mimado e idolatrado. Para Marcelo Bielsa es una pieza clave en su esquema. Acaba de ser incluido en el 11 ideal de Sudamérica, en la encuesta del Diario El País de Uruguay. En estos seis meses en el país, se abrió muy poco con la prensa y, por ende, con la gente. Su vida es impenetrable. Una incógnita que supo hacerse un lugar en el campo y en el paladar del hincha. "Va a convertirse en ídolo porque es un jugador para Boca", lo definió Basile. Todo esto es Medel. Pero, en realidad, ¿quién es?
Creció futbolísticamente en las polvorientas canchas de La Palmilla, una población de bajos recursos enclavada en Conchalí (Santiago de Chile). Sobresalía porque era incansable, por su coraje y por su talento precoz. Su primer club fue Sabino Aguad, donde arrancó como 9 goleador. Alfonso Garcés, un caza talentos de la Universidad Católica, lo reclutó en un torneo intercolegial. "Tenía 9 años, uno menos que el resto. Me llamó la atención lo fiero que era para marcar, no lo pasaba nadie, defendía muy bien la pelota. Tenía un espíritu luchador muy diferente a la media, muy aguerrido", relata Garcés. Ya en la Católica, lo siguió atrayendo el potrero de su barrio. Por eso, al regresar del entrenamiento, era normal verlo correr en los picados. "Soy de barrio y siempre voy a serlo. Aunque tenga millones y millones, siempre seré de barrio", explicó alguna vez. Por su estilo agresivo para jugar fue bautizado Pitbull por un amigo y ex compañero de la Roja. "Soy un jugador que mete mucho, que habla dentro de la cancha y que no se achica ante los rivales. No me da miedo jugar contra nadie. Si me toca hacerlo bien lo haré y, si no, meto con todo", se define.
En el campo de juego todo le resultó sencillo. A fuerza de meter y jugar se ganó el reconocimiento. Afuera, su vida también fue dura. Hijo de una delegada vecinal y un jardinero, Gary asumió su mayor responsabilidad a los 17 años cuando fue papá de los mellizos Alejandro Isaac y Gary Steven, con su adolescente polola, quien aún cursaba la escuela secundaria. Los nenes, junto con Agustina, hija producto de otro matrimonio, viven en Chile, adonde viajó apurado luego de recibir la quinta amarilla ante Huracán (fue licenciado ya que no podía estar en la última con Banfield). Luego de casi seis meses, por fin se reencontró con sus hijos, su gran debilidad. Pero no sólo su temprana paternidad puso en el tapete a Medel. Un incidente en su casa en el que falleció una joven y dos accidentes automovilísticos (el último hace un año, estuvo internado varios días) lo convirtieron en noticia. Además de algunos encontronazos con rivales y hasta compañeros de la UC. Hasta que un día decidió cambiar. "Me enfoqué en mi trabajo. Creo que tengo condiciones para llegar lejos. He cometido varios errores y llegó el momento de cambiar. No quiero equivocarme nuevamente", reconoció. Y los cambios se empezaron a notar. "Me he acercado mucho más a mi familia y me puse a trabajar con un psicólogo. Es bueno tener una ayuda profesional", dijo. Su llegada a la Argentina fue parte de esa rehabilitación. En Buenos Aires vive solo en un country de zona Norte y, como no maneja, un remisero va todos los días a buscarlo a Casa Amarilla, si es que no llega en el auto de algún compañero.
"Estoy muy feliz de estar en un club del prestigio de Boca. A todos nos puso tristes la campaña pasada, pero estamos confiados en revertir la situación". También tuvo palabras de agradecimiento para Basile: "Ni bien llegué el profe me dijo que no dudara en llamarlo a cualquier hora y por cualquier cosa. Y eso me puso muy contento". Lejos de aquel jugador polémico, con sus compañeros de Boca se lleva de diez. En la Posada de los Pájaros comparte habitación con Nico Gaitán y Pablo Mouche. Y en una de sus tardes de relajación, mostró sus dotes en la pileta, arrojándose estilo bomba y salpicando a todos los presentes, lejos, muy lejos de su imagen aguerrida. La que sí tiene cuando sale a la cancha, cuando conjuga marca, despliegue, habilidad, juego y una cierta facilidad para llegar a posición de gol. Todo eso es Gary Medel. No es poco.
Tandil (enviado especial).
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