"Román me carga"

NIÑO MIMADO / A SOLAS CON UNA DE LAS DEBILIDADES DEL 10
"Román me carga con lo de la nueva joya"
Gaitán idolatra a Riquelme, quien lo postuló para ir al Mundial. "Yo le digo que la joya es él", devuelve el pibe que sueña con seguir creciendo y "ser campeón".
HORACIO GARCIA | hgarcia@ole.com.ar

Tu rendimiento desequilibrante llevó a muchos a decir que sos la nueva joya de Boca. ¿Qué te provoca?

-Ja, ja, ja... No soy de leer o mirar programas deportivos. La verdad es que no escuché nada sobre lo que me estás diciendo. El que sí me lo dijo, y me jode permanentemente con eso de la nueva joya es Riquelme ja, ja, ja... Y mi respuesta es siempre la misma: "Acá la joya sos vos".

-Riquelme le dijo a Olé que no le sorprendería que si seguís así, juegues el Mundial. ¿Te ilusionás con eso?

-Es que Román me quiere mucho. Mi ilusión hoy pasa por tener un buen rendimiento y que Boca pueda salir campeón. Quiero ser campeón. Después si hago bien las cosas en mi club las posibilidades de llegar a la Selección serán mayores. Si no me toca, estaré alentando a Argentina delante del televisor y esperando que pueda dar la vuelta en el Mundial.

Nicolás Gaitán, ese zurdito del barrio Primavera de José C. Paz que levantó vuelo y se convirtió en la pieza más desequilibrante del equipo de Basile, de pronto se ve respondiendo preguntas sobre los elogios de Riquelme y sobre la Selección. Es que el propio Román fue quien lo candidateó como posible pasajero del vuelo a Sudáfrica. De todos modos, cerca de cumplir los 22 años, el ahora delantero tiene los botines sobre la tierra...

-El Coco Basile dijo que te ganaste el puesto de titular en la cancha...

-¿Eso dijo? Pero yo no me siento titular. En Boca no podés sentirte titular nunca, porque si pensás así estás equivocado. Corrés el riesgo de relajarte. Por eso cada vez que entro a la cancha intento dar lo mejor en beneficio del equipo. Si rindo bien, al otro partido tengo mayores chances de volver a jugar.

-Estás en continuo crecimiento futbolístico, ¿hasta dónde pensás que podés llegar?

-Yo siempre aspiro a más. Creo que si te lo proponés, podés crecer día a día. Claro que también tenés que tener la suerte de que te banque el técnico que tengas. Eso es clave. No sé hasta dónde llegaré, pero soy muy exigente conmigo mismo. Espero poder ser un gran jugador. Sé que para conseguirlo tengo que trabajar mucho, ser inteligente y responsable. Si equivoco el camino no podré conseguirlo.

-Dentro de un mal año del equipo, el 2009 te sirvió para consolidarte.

-No me conformo con poco. El primer semestre del 2009 lo jugué como volante por izquierda y siempre le voy a estar agradecido a Carlos Ischia porque se la jugó por mí y me dio continuidad. El segundo lo arranqué afuera de la formación titular y al llegar la racha increíble de lesiones me tocó entrar, pero de delantero. Y para ser sinciero me sentí muy bien. Ha sido fundamental la confianza que me dio Basile, quien también me dio libertad para que pudiera hacer mi juego. Si te dijera que me conformo con jugar bien, te estaría mintiendo, porque lo que deseo es ganar y ganar. Ganar todo. Porque si Román, Martín, el Pato, Hugo y Sebas se cansaron de ser campeones y aún quieren más... ¿Cómo puedo conformarme con jugar bien solamente?

Atrás quedó el sacrificio para ir a entrenarse cuando era pibito: "Viajaba desde José C. Paz hasta Moreno, de ahí a Liniers y después hasta Ezeiza en los micros de Boca". Y también la angustia que le producía practicar y no jugar: "No me ponían porque no me daba el físico. Tenía que crecer". Hoy, afirmado, es capaz de mostrar su agradecimiento: "Marcelo Romano fue fundamental en mi carrera. Me dirigió en Sexta. Me habló, me dio consejos y me ponía siempre. Y hasta me dio la cinta de capitán". Pero lo más importante es que no reniega del potrero, su origen: "Si juntás once corredores olvidate de ganar. La diferencia se hace arriesgando. En la cancha intento con responsabilidad hacer lo que hacía en el potrero. Yo piso la pelota porque me encanta, pero no lo hago para sobrar. Esa es mi forma de sentir el fútbol".

-Cuando encarás, ¿qué te dicen los rivales? ¿Te hablan para achicarte?

-La única vez que me pasó algo así fue contra Central. Me hicieron un foul fuerte, llegó Jesús Méndez, me miró y me dio la mano para levantarme. Pero no me dijo nada y quedó ahí. Yo parto de la base de que los jugadores son inteligentes y saben que por más que te hablen no te van a achicar. Como mucho me comeré una patada. Matarme no me van a matar. Bah, eso espero, ja...

Imposible que la charla no vuelva a Riquelme. "Siempre repetí que Román es mi ídolo", dice Nico. Y recuerda la timidez con la que consiguió la primera camiseta del 10: "Yo estaba en la Reserva y a punto de irme al Almería. No lo conocía personalmente, nunca lo había tratado, y ni loco me daba para pararlo y pedirle una camiseta. Por eso le pedí el favor al doctor Ortega Gallo. Cuando me la trajo con la dedicatoria "para Nico" no lo podía creer. No se si él se acordará pero yo la tengo bien guardadita".

-Además de lo que dijo Román, Maradona ya te hizo debutar en la Selección contra Ghana...

-Fue otro sueño hecho realidad. Con los juveniles de Boca entrenábamos en Ezeiza y durante muchos años pasé por el predio de la Selección y me preguntaba: "Algún día podré entrenarme acá y jugar con la camiseta de mi país". Y se me dio. Le estaré siempre agradecido a Diego porque me dio la chance sin estar jugando en mi club. Eso también me sirvió como estímulo para que mi nivel creciera en Boca.