Yo soy el campeón. Con esa autoridad, con una eficacia envidiable, una solidez de puntero, Boca se paseó en Liniersmetiéndole tres goles a un equipo que no le habían podido hacer ni uno en lo que va del torneo. Con un Benedetto en su máxima expresión del goleador para ganarle 3-0 a Vélez, sumar cuatro triunfos al hilo y mostrar que será difícil sacarle el título.
El buen arranque de Vélez, sólido en defensa y con mucha frescura en los pibes del club, armaba en los papeles un partido duro para el equipo de Guillermo. Esa idea duró 15 minutos, cuando llegó ese manual de contraataque que hicieron entre Fabra, Pavón y Benedetto. Un gol de goleador que puso nervioso al inexperimentado Fortín y agrandó, como si le hiciera falta, a este Boca implacable.
La reacción del local fue poniendo la pierna fuera de tiempo. Sumando amarillas y dejándole la pelota para que Gago se luciera ante la mirada de Sampaoli. Sin puntos bajos, el equipo de Guillermo controlaba el juego sin tener profundidad. Sabía que cuando acelerara, podía liquidarlo.
Y así pasó, cuando Pavón activó su caja de sexta, desbordó y Benedetto mostró que tiene recursos para todo. Cuando la pelota le quedaba atrás, tiró el taco y al final la metió con la suela. Una pirueta de goleador para que el técnico de la Selección también la viera bien.
Boca, con toque corto y rápido, empezó a volver loco a todo Vélez. Lo paseó por todos los costados del Amalfitani y, cuando se decidió, fue vertical y asesino. Así llegó la asistencia de Benedetto a Cardona que tomó Domínguez en el camino para hacerlo en contra. Así fue que Fabra siguió metiéndose en el área rival hasta que cerrar el baile con un 4 a 0 contra un equipo que se jactaba de que no le habían hecho ni un gol en las primeras tres fechas...
¿Quién lo puede parar a este Boca? Implacable, sólido y goleador. El campeón está decidido a defender el título.