La 10 en buenas manos

Lodeiro fue la figura de la cancha. Cada partido sube de nivel y ofrece otras virtudes de su juego. Ayer mostró una pegada deliciosa, como en el gol de Komar.

El dato se escapa del mundo Twitter y se hace comentario. “¿Sabés cuántas pelotas tocó Lodeiro en el partido?”, interroga un compañero que no saca la vista de la red del pajarito. “Una locura: 125”, dice, y la cifra, incomprobable en el trajín del cierre, es sin embargo compatible con la imagen del uruguayo, partícipe necesario en cada ataque de Boca.

Puede que las luces y el runrún del post partido se fueran con el debut de Osvaldo y su gol. Pero la figura del partido fue Lodeiro. El delantero-enganche-volante-wing cada partido eleva su nivel, amplía su radio de acción e influencia y le va agregando cosas a su repertorio. Lo que primero mostró y mantuvo en cada presentación fue la movilidad, una virtud que le permite estar en varias zonas de la cancha en muy poco espacio de tiempo. Con el correr de los partidos le agregó capacidad de pase fino (el domingo, ante Temperley, dio varios, entre ellos para el gol de Calleri) y anoche dio una lección de pegada en pelota quieta. La ejecución del tiro libre para el cabezazo goleador de Komar es simplemente magistral. Hubo, además, otro centro preciso que bien pudo ser el primer gol de Osvaldo en Boca. Y en su repertorio de gambetas se destaca una gran jugada que termina en otro centro al que el mismo Osvaldo le dio mordido.

“La figura fue el equipo porque recibimos un gol enseguida. Revertirlo no era nada fácil y lo conseguimos”, dijo el uruguayo, todavía cansado por el esfuerzo. “No me siento importante, estos partidos me dan confianza”, afirmó Lodeiro, esquivando admitir su gran actuación. “Conocía a Wanderers, sabía que no se iba a meter atrás. Es un rival duro y por eso estoy contento por el triunfo”, cerró. No muy lejos de ahí, el entrenador rival, Alfredo Arias, no tenía más remedio que rendirse ante la evidencia: “Lo sufrimos toda la noche, hay que reconocer que Lodeiro es un jugador tremendo. Va a ser la figura de Boca y de la Libertadores”, decía, mitad resignado, mitad asombrado. La 10 no podía haber quedado en mejores manos...