En la última pelota que tocó como profesional, Palermo hundió a Gimnasia
Cuando quedaban nueve segundos para el final del partido, el Titán cabeceó la pelota y la envió al centro del área, donde Christian Cellay, totalmente libre, marcó el gol agónico que amargó a los platenses
18 de Junio de 2011 - 18:27
La última pelota que tocó Martín Palermo, ex jugador e hincha de Estudiantes de La Plata, como profesional sirvió, nada más ni nada menos, para que Gimnasia y Esgrima La Plata, el eterno rival, se juegue su permanencia en Primera División en un partido desempate ante Huracán.
Cuando apenas quedaban 9 segundos para el final del encuentro y Gimnasia ganaba 2-1, resultado que lo llevaba a jugar la Promoción, llegó un centro pasado desde la derecha, con un esfuerzo supremo Palermo cabeceó la pelota y la envió al centro del área, donde Christian Cellay, totalmente libre, la empujó al gol.
Los hombres que encabezaron el festejo, como no podía ser de otra manera, fueron Palermo y Cellay (además hincha y ex jugador de Huracán).
En general el último partido de Palermo como profesional resultó deslucido, aunque en los primeros treinta minutos estuvo cerca de convertir el que hubiera sido su gol número 228.
A los 2 minutos fue Fernando Monetti, quien evitó el gol del Titán, mientras que a los 28 llegó la segunda chance, pero su cabezazo, violento, se fue pegado al palo derecho.
La última pelota que tocó Martín Palermo, ex jugador e hincha de Estudiantes de La Plata, como profesional sirvió, nada más ni nada menos, para que Gimnasia y Esgrima La Plata, el eterno rival, se juegue su permanencia en Primera División en un partido desempate ante Huracán.
Cuando apenas quedaban 9 segundos para el final del encuentro y Gimnasia ganaba 2-1, resultado que lo llevaba a jugar la Promoción, llegó un centro pasado desde la derecha, con un esfuerzo supremo Palermo cabeceó la pelota y la envió al centro del área, donde Christian Cellay, totalmente libre, la empujó al gol.
Los hombres que encabezaron el festejo, como no podía ser de otra manera, fueron Palermo y Cellay (además hincha y ex jugador de Huracán).
En general el último partido de Palermo como profesional resultó deslucido, aunque en los primeros treinta minutos estuvo cerca de convertir el que hubiera sido su gol número 228.
A los 2 minutos fue Fernando Monetti, quien evitó el gol del Titán, mientras que a los 28 llegó la segunda chance, pero su cabezazo, violento, se fue pegado al palo derecho.
La última pelota que tocó Martín Palermo, ex jugador e hincha de Estudiantes de La Plata, como profesional sirvió, nada más ni nada menos, para que Gimnasia y Esgrima La Plata, el eterno rival, se juegue su permanencia en Primera División en un partido desempate ante Huracán.
Cuando apenas quedaban 9 segundos para el final del encuentro y Gimnasia ganaba 2-1, resultado que lo llevaba a jugar la Promoción, llegó un centro pasado desde la derecha, con un esfuerzo supremo Palermo cabeceó la pelota y la envió al centro del área, donde Christian Cellay, totalmente libre, la empujó al gol.
Los hombres que encabezaron el festejo, como no podía ser de otra manera, fueron Palermo y Cellay (además hincha y ex jugador de Huracán).
En general el último partido de Palermo como profesional resultó deslucido, aunque en los primeros treinta minutos estuvo cerca de convertir el que hubiera sido su gol número 228.
A los 2 minutos fue Fernando Monetti, quien evitó el gol del Titán, mientras que a los 28 llegó la segunda chance, pero su cabezazo, violento, se fue pegado al palo derecho.
A partir de entonces y hasta la jugada del último minuto, fatídica para Gimnasia, Palermo corrió, luchó, pero no hizo demasiado, porque generalmente, estuvo lejos del área.
La última imagen del gran goleador será esa que lo mostró abrazado al resto de sus compañeros, festejando un gol que a Boca no le agregó nada, pero que a Gimnasia, su eterno rival junto a River Plate, le complicó la permanencia en la categoría más alta del fútbol argentino.
Los jugadores de Boca dejaron el estadio del Bosque a toda prisa, sin bañarse inclusive, pero Palermo se fue del fútbol, en su rol de delantero (porque piensa volver como entrenador) con la última gran alegría y lógicamente la vivió en el área del oponente, como pasó a lo largo de su dilatada y prolífica campaña.
DyN
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Carlos